Renovación de valores, no de soportes

Publicado: 12 de May de 2013 de Llanos de la Rosa en Llanos de la Rosa, Prácticas individuales, Prácticas Voluntarias
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FICHA DEL LIBRO
  • Título: La explosión del periodismo.
  • Subtítulo: De los medios de masa a la masa de los medios.
  • Autor: Ignacio Ramonet
  • Editorial: Clave Intelectual
  • Año de publicación: 2012
  • Nº páginas: 155

¿Existen contenidos de baja calidad porque es lo que el público quiere? ¿O el público los consume porque es lo único que se les oferta?

El debate ya no se centra en la eterna discusión sobre si el papel morirá (asesinado por la web), como ya se ha analizado en numerosas ocasiones. Esta discusión ha sido una mera cortina de humo. Lo que el periodismo necesita  no son nuevos soportes, sino una renovación de valores. O más bien una recuperación de ellos.

“El periodismo de especulación, de entretenimiento y de espectáculo triunfa en detrimento de la exigencia y la calidad”,  advierte Ignacio Ramonet (Ramonet, I.,2012:54)

Ignacio Ramonet

El que era considerado el Cuarto Poder ya no parece tal. “[Los medios] ya no contribuyen a ampliar el campo democrático, sino que se empeñan en restringirlo y minarlo.” (Ramonet, I., 2012:53).

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Portada del libro

Para el autor parece claro que la creciente desconfianza de los receptores por los medios no es casual. “Los ciudadanos van tomando conciencia y empiezan a mostrar desconfianza con la manipulación mediática.” (Ramonet, I., 2012:53)

Sin embargo, el descenso de calidad informativa no viene solo por la manipulación (que parece presente siempre, hasta en aquellas publicaciones que se consideran más independientes) por diferentes partidos políticos o grupos empresariales. Los antes encasillados periódicos de derechas o de izquierdas pierden público precisamente por eso, por dejar de ser fieles a los principios por los que creaban simpatías entre determinados sectores de la sociedad.

“Con la esperanza de ‘abarcarlo todo’ y ‘captar lectores de cualquier signo’, [los diarios] han hecho imperceptible su línea editorial y desdibujado su imagen. Los lectores se sienten traicionados.” (Ramonet,I.,2012:42).

Preocupante resultaría que el enfado no motivara a  los periodistas a volver a los orígenes o renovarlos para convertirlos en algo que de nuevo lleve a los lectores a los quioscos (sean estos reales o virtuales). “Dado el estado de impotencia del Periodismo, me parecería ofensivo que me llamaran periodista”, reconoce Julian Assange (Ramonet, I., 2012:94), quien también advierte que para que el periodismo sea tal, debe ser controvertido.

Por eso se debe acabar con el servicio de Relaciones Públicas que está ofreciendo el Periodismo a los políticos y grandes empresas. En los últimos años asistimos al auge de las ruedas de prensa sin preguntas (que dejen de llamarse así, por favor),  donde más que información se ofrece propaganda. Lo que conduce también al auge del “periodismo de palacio” (Ramonet, I.,2012:105) o los gabinetes de prensa, que “han hablado mucho más de Wikileaks que de sus explosivas revelaciones”. Se ha perdido el espíritu investigador y cuando se mantiene parece “Una concepción del periodismo de investigación exclusivamente de ataque, practicado por una jauría de ‘investigadores justicieros’, ávidos de poder, orgullosos del terror que inspiran y conscientes de su total impunidad.” (Ramonet, I., 2012:119).

Portada Time en pleno auge del caso Wikileaks

A pesar de todas estas pegas, parece el “Momento más favorable para ser periodista” (Ramonet, I., 2012:147). La sociedad lo necesita: casos de corrupción, infantas que imputan y desimputan como si nada, movimientos y mareas sociales, políticos con declaraciones a cada cual más “sorprendente” (por no decir algo peor), presidentes que no dan la cara y un sinfín de acontecimientos diarios (casi horarios) que necesitan de la vuelta del auténtico periodismo. El rápido y v
eloz de internet; el interpretativo y más pausado del papel. Sin importar el soporte, “siempre y cuando el mensaje guarde su valor informativo” (Ramonet, I., 2012:143)

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